Ser agradecidos es más que una norma de cortesía. El agradecimiento es una forma de cruzar fronteras para llegar a un plano más emocional, personal e incluso espiritual. ¿Por qué no agradecer a la vida por formar parte de ella? ¿Por qué no reconocer a los demás por lo que son, y por esas facetas por las cuales, les queremos? Y más aún… ¿Por qué no agradecernos a nosotros mismos por nuestra entereza, valentía y superación? -Valeria Sabater-